El tesoro bajo el agua en peligro: especies amenazadas en la Amazonía colombiana

POR: Paola Valencia y Jhonatan Quiñones

Colombia tiene actualmente más de 1.600 especies. A pesar de su importancia, los peces del Amazonas enfrentan numerosas amenazas: contaminación del agua, deforestación, pérdida de hábitat y sobreexplotación pesquera.

Esto pone también en riesgo la seguridad alimentaria y la supervivencia de las comunidades indígenas que dependen de ellas.

Colombia es el segundo país del mundo con mayor diversidad en peces de ríos, superado sólo por Brasil. Actualmente, tiene registradas más de 1.600 especies, de las cuales, casi un tercio son endémicas y el Amazonas figura como la región con la mayor diversidad. Tristemente, estas especies se ven cada vez más afectadas por la contaminación y factores como el extractivismo.

 

 

En 2016, un estudio denominado ‘Contaminación por mercurio en ecosistemas acuáticos de Colombia’, a cargo del Instituto Sinchi, determinó que el nivel de mercurio superaba hasta en 87 veces el nivel permitido por el Estado. Citado en ese documento, Marco Ehrlich, subdirector científico y tecnológico de ese organismo, explica: “Los motores de la degradación ambiental de la Amazonía colombiana son: la ganadería extensiva, el narcotráfico, el conflicto armado, la extracción de recursos naturales —como el caucho, las maderas con valor comercial, la fauna, la pesca comercial—, la extracción de recursos no renovables —hidrocarburos y minerales— y la minería ilegal aurífera”.

 

Otro gran enemigo del Amazonas es la deforestación. Según los resultados de monitoreo de deforestación en Colombia, solo en 2019 fueron taladas 1.433 hectáreas de bosque en Guainía (cuya capital es Inírida).

Otra amenaza está asociada a la contaminación provocada por la minería. Datos de la asociación Ambiente y Sociedad indican que “en la región amazónica hay 52 contratos en distintos estados de implementación, encontrando que 1 está en evaluación técnica, 39 en exploración y 12 en producción. Esta extracción minera se concentran en el piedemonte amazónico, en los departamentos de Caquetá y Putumayo, pero la oferta de áreas para este tipo de explotación se extiende, además, a los departamentos del Meta, Vichada, Guaviare y pequeñas zonas del Guainía”.

 

 

Lo anterior es un panorama general, que bien podría dar lugar a miles de escritos, investigaciones y apreciaciones sobre el gran riesgo que corren la Amazonía colombiana y sus comunidades aledañas; especialmente en lo que a seguridad alimentaria y desarrollo económico respecta.

DESARROLLO ECONÓMICO Y SEGURIDAD ALIMENTARIA DE MÁS DE 1 MILLÓN DE PERSONAS

Pesca de Tucunaré o Pavón en laguna Amazónica Fot. Jhonatan M. Quiñones




Según el 
Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE (2015), hay aproximadamente1,1 millones de personas que pertenecen a los seis departamentos completamente amazónicos de Colombia. Los peces de la región son esenciales para la seguridad alimentaria de esas comunidades. En entrevista con el periódico El Colombiano, Luz Marina Mantilla, directora del Instituto de Investigaciones Amazónicas Sinchi, con sede en Leticia, indicó que un colombiano del interior consume unos 4,5 kilos de pescado al año, mientras en la Amazonía se consumen de 37 a 180 kg. Este panorama ya es bastante diciente, respecto a la importancia de los peces para garantizar la alimentación de los habitantes de la Amazonía, que utilizan el pescado como proteína principal al ser la más barata, según menciona Saulo Usma, coordinador del programa de agua dulce de WWF.  Luz Marina Mantilla, en la misma entrevista con el periódico El Colombiano, agrega que: “El mercado del pescado amazónico genera un intercambio comercial cercano a 14.000 millones de pesos anuales”,
revelando así la importancia de este recurso para la generación de empleo e ingreso económico en la comunidad.
Sin embargo, los peces de la Amazonía enfrentan amenazas crecientes, desde la contaminación hasta la pérdida de hábitat, poniendo en riesgo su supervivencia y la de las comunidades que dependen de ellos.

 

Hubo un momento donde realmente los aviones iban a Leticia por el pescado; entonces, los aviones llevaban algunas personas, pero el motivo principal era ir por los grandes bagres migratorios. – Saulo Usma

 

El informe ‘Planeta vivo 2022’, de la organización WWF, destaca cómo la disminución de la diversidad en los sistemas acuáticos impacta directamente en la supervivencia humana. Este impacto va más allá de preocupaciones evidentes, como el desempleo; también conlleva la pérdida de una fuente esencial de proteínas, lo cual puede resultar catastrófico en determinadas zonas y poblaciones. Además, el informe señala que, a pesar de la asignación de considerables recursos por parte de la Unión Europea para la conservación, sólo un ínfimo 3% se destina a la preservación de los ecosistemas acuáticos y la biodiversidad vinculada a este crucial entorno.


UN LÍDER QUE LUCHA PARA CONSERVAR LOS PECES DE LA AMAZONÍA EN INÍRIDA

Delio Suárez en labores de pesca/ foto: Simón de Man.

Delio Suárez habita en la comunidad de la Ceiba, en la estrella fluvial del Inírida,  departamento del Guainía. Fue designado como representante de su comunidad para la conformación de la zona como sitio Ramsar en 2014. Es indígena de baja estatura, con la piel bronceada por los rayos de sol que diariamente recibe; de semblante alegre, habla pausada; pero con la sabiduría que destella en cada palabra. Es abanderado en la lucha para conservar los peces de la Amazonía. Indica, firmemente, durante una entrevista para WWF que: “Sin peces no hay nada”. Refiere que la pesca masiva ha disminuido muchas especies, panorama preocupante para la sostenibilidad de los habitantes de la Estrella fluvial del Inírida, que suman 22 comunidades indígenas, además de los colonos que allí se sitúan.

 

Delio lleva más de 10 años recorriendo la estrella fluvial en busca de aliados y nuevas formas de cuidar su territorio y los peces que en él habitan, porque entendió que proteger la diversidad pesquera es protegerse a sí mismo.

 

Durante la entrevista para este reportaje, delio indicó que en su comunidad tienen como principio utilizar artes de pesca responsables y tradicionales, como el cacure (una trampa de pesca, diseñada en fibra vegetal), que deja espacios para que los peces juveniles salgan por los orificios; el matapi, sólo se queda el pez adulto, y los juveniles dan la vuelta y salen; así se mantienen los peces para que no se acaben. Los peces en su comunidad tienen la importancia para el sustento económico, también la pesca de turismo en donde el visitante toma la fotografía y la regresa al río, genera empleo a la comunidad y no se acaba la especie como tucunaré o payaras.

 

La lucha de los pescadores como Delio no es nueva; sin embargo, él se ha convertido en un líder que, a la par que trabaja en la protección de los ecosistemas de la Amazonía, aprende y desaprende para enseñar, resistir y mantener vivo el pulmón del mundo.

PECES QUE VIVEN Y SOBREVIVEN

Pez ornamental/ Fot. Jhonatan M. Quiñones

Los peces son el grupo de vertebrados con mayor número de especies en el mundo, con más de 35.000 representantes —cerca de 18.000 especies de agua dulce—. Los peces amazónicos son más de 2.700 y más del 60 % de las especies registradas son endémicas de la región, basados en datos de Dagosta y colaboradores, en el 2020.


En las aguas del Amazonas encontramos especies reconocidas: los bagres  (Pseudoplatystoma spp.); el dorado (Brachyplatystoma rousseauxii),  Pirarucú (Arapaimas gigas), catalogado como uno de los peces más grandes del mundo; los boquichicos, bocachicos o coporos (Prochilodus spp.); algunas de las especies más temerarias del cine, como las pirañas o caribes (Serrasalmidae); otras sobre las cuales se tejen historias por ser pequeñas y terroríficas: los candirus (Trichomycteridae) en los genitales humanos, o los temidos y fuertes dientes de las payaras (Cynodontidae); temerarias redondas que viven en el fondo de los ríos, como son las rayas (Potamotrygonidae); y, finalmente, una explosión de colores con los tetras (Characidae), que son utilizados como peces ornamentales.


Saulo Usma, coordinador del programa de agua dulce en WWF, una de las organizaciones ambientales más importantes, indica que las 1.600 especies que tiene Colombia, son afectadas cada vez más, no sólo por las problemáticas sociales y ambientales que rodean el río Amazonas; sino porque ningún país puede abogarse o tener la autonomía de conservarlos. Otro detonante que hace que los peces tengan que nadar contra la corriente es el hecho de que se sigan consumiendo ejemplares que no cumplen la talla. La FAO señala que la captura de ejemplares pequeños puede llevar a una disminución en la talla media de la población, lo que puede afectar la productividad y la rentabilidad de las pesquerías

 

Si los peces no están en el mundo, posiblemente nosotros tampoco vamos a poder supervivir mucho más allá de ellos. Saulo Usma

EL MAJESTUOSO RÍO AMAZONAS: FUENTE DE VIDA Y TRADICIÓN

Bosque amazónico reflejado en el agua, fotografía al revés. Fot. Jhonatan M. Quiñones

El río Amazonas es un gigante que serpentea a lo largo de más de 7.062 kilómetros. Es la arteria vital que conecta ocho países sudamericanos: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela. Según la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), en el ‘Reporte de la situación, tendencias y dinámica de la diversidad biológica en la Amazonía y la contribución de la naturaleza para las personas’, esta cuenca representa más del 17% de las descargas de agua dulce al mar en el mundo. Este río alberga una vasta biodiversidad, incluyendo más de 2.700 especies de peces registradas en los ocho países (Dagosta y colaboradores en 2020).

 

 

EL PEZ NO SOLO ES PARA EL PLATO

Rayas ornamentales, Potamotrygon motoro. Fot. Jhonatan M. Quiñones M.

Otra riqueza que representan los peces en la Amazonía, en especial para Perú, Brasil y Colombia, corresponde a la extracción de especímenes nativos, que son llevados a acuarios. En la lista se incluyen los tetras (Characidae), corydoras (Callichthyidae), loricaridos (Loricariidae), rayas (Potamotrygonidae), arawanas (Osteoglossidae) y cuchillos (Gymnotiformes), especies que son exportadas a Estados Unidos, Indonesia, China, República Checa o Alemania. Franco y colaboradores, en su artículo del 2020, para el mercado de ornamentales en Colombia, señalan una diversidad de extracción de más de 308 especies y 2,5 millones de ejemplares en la Amazonía; en un mercado mundial que, en promedio, puede representar más de 250 millones de dólares anuales mundiales y cerca del 10% para el país.

 

Las comunidades deben ser apoyadas para unirse, hacer acuerdos y monitoreos pesqueros – Delio Suarez

 

La pesca deportiva también es un renglón económico para comunidades en la Amazonía colombiana y una estrategia que apoya procesos locales de conservación. Sin embargo, como un esfuerzo de conservación, tras la sentencia C-148, de 2022, en Colombia entra en vigencia a partir de este 2024 la prohibición para realizar pesca deportiva.

 

María Dolores Escobar, doctora en diversidad biológica con énfasis en diversidad amazónica de la Universidad Federal del Amazonas (Manaus, Brasil), puntualiza que algunos peces ayudan a distribuir las semillas del bosque y, por ende, a mantenerlo, pero también hay otros que son carroñeros, entonces ayudan a mantener un equilibrio dentro del sistema acuático.

RETOS Y DESAFÍOS DE CARA AL 2030

Pescado moqueado. Fot: Jhonatan M. Quiñones M.

La doctora María Escobar señala que los peces “se mueven de acuerdo con los tipos de agua, con las fluctuaciones. Entonces, uno de los principales problemas, por ejemplo, son los conflictos que hay de políticas o de normas para la protección de las especies en zonas de frontera, porque esas políticas no coinciden. Entonces, Perú tiene unas normas muy distintas a las que tiene Colombia; este, a su vez, de las que tiene Brasil, o simplemente no las incluye. No hay una política unificada, como región, como organismos que se desplazan en un río, teniendo en cuenta su dinámica biológica y ecosistémica”.

 

Uno de los retos con peces, es el manejo integral de una forma regional. María Doris Escobar

 

En la página de Aguas Amazónicas se señala la importancia de la plataforma Ictio, una aplicación y base de datos pesqueros construida con comunidades, sociedad y científicos para la recopilación de la información de peces Amazónicos. Esta información puede apoyar la designación del dorado en el apéndice II CITES, apoyada del comité de la Convención sobre Especies Migratorias (CMS), siendo un acuerdo internacional para que el comercio de flora y fauna silvestre, no represente una amenaza. Este hito podría marcar el inicio de mayores esfuerzos transnacionales para la conservación de especies migratorias, y tener marcos normativos que permitan la protección de los peces en la Amazonía. Seguramente, la información basada en comunidades y reportada por Aguas amazónicas dará mayores soportes para la creación de comités, formulación de normas, firma de países y, finalmente, aplicación  de las mismas para la conservación de esta riqueza bajo el agua.

 

 

Según la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), en su ‘Evaluación rápida de la Amazonía’, y con base en la lista roja de La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, son más de 78 especies registradas con alguna categoría de amenaza; de las cuales, cerca del 50% son incluidas en vulnerable (VU); y cerca de 23 especies tienen un grado de amenaza de peligro crítico (CR); siendo Brasil, Colombia y Ecuador, los países de la región con mayor número de especies reportadas. 

Caño Bocón, Río Inírida. Fot: Jhonatan M. Quiñones M.

Este reportaje se realizó como parte de la segunda edición del InvestigaTour Ecuador, organizado por Fundamedios, con apoyo y acompañamiento de The Nature Conservancy (TNC), Convoca Perú, Ecociencia y MapBiomas Amazonía.